Familia Reyes Salazar noticia TV

Piden justicia por el beisbolista universitario.

15 Enero 2009

Luz del Carmen Sosa.
El Diario.
Mientras los padres del beisbolista universitario Jaime Alejandro Irigoyen Flores, de 19 años, se manifestaban frente a las instalaciones de la Guarnición Militar de la Plaza para exigir su liberación, su cadáver era localizado en el Camino a Escudero.

El homicidio doloso fue cometido a la usanza del crimen organizado. La víctima tenía los ojos cubiertos con cinta adhesiva color gris y también estaba atado de las muñecas hacia enfrente, reveló el protocolo emitido por la Subprocuraduría de Justicia en la zona norte.

El cuerpo recibió decenas de impactos de bala, principalmente en las piernas, después, los homicidas pasaron el vehículo por encima del cadáver al que se le apreciaron huellas de neumáticos sobre los brazos y las piernas.
En la escena del crimen los peritos aseguraron 29 elementos balísticos calibre 7.62 x 39 milímetros, según el documento emitido ayer.

La saña empleada para victimar al deportista es similar al caso de Carlos Guadalupe López Hernández, de 23 años, asesinado el pasado lunes en el viaducto Díaz Ordaz y Emiliano Zapata, indicaron las autoridades estatales.

El asesinato del también estudiante de la carrera de Derechos causó una conmoción general, ya que una hora antes sus padres habían protestado frente a las instalaciones del cuartel militar demandando la liberación del joven.

La desaparición— María Flores de Irigoyen, madre de la víctima, declaró que el lunes cerca de las 10:40 de la noche, su esposo, sus hijos y ella escucharon mucho ruido en la calle y a pesar de que todos ya se encontraban en pijamas se asomaron a ver qué ocurría.

Lo que observó fue un grupo de hombres vestidos con uniformes militares que estaban tratando de tirar el barandal de su casa, ubicada en la calle Telegrafistas, de la colonia Fidel Velázquez, por lo que ella optó por abrirles.

Sin nada que ocultar, la madre de familia consideró que no había motivo para no permitirles el acceso a lo que supusieron era una actuación oficial por parte de los integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional.

“Yo agarré la llave y les abrí... entraron a la casa y nos encerraron en la sala y dijeron ‘¿A quién nos llevamos?, sí, al de lentes’ y se llevaron a Jaime. él es estudiante del tercer semestre de Derecho en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y juega beisbol desde los tres años”, dijo entre lágrimas la afligida madre.

Un tío de la víctima dijo que los agresores empuñaban armas de grueso calibre y cuando ingresaron a la vivienda apuntaron a todos los integrantes de la familia. Al hijo menor, de apenas 11 años, lo encañonaron y lo obligaron a tirarse al piso y luego se lo llevaron a otras habitaciones, mientras sacaban por la fuerza a Jaime, el cual vestía un short y calcetines.

“Les dijeron que no se asomaran hasta que se fueran, porque si no les disparaban. Mi cuñado salió tras ellos en cuanto se retiraron y los siguió como 10 a 15 minutos por la avenida Tecnológico pero los perdió”.

Los agresores viajaban a bordo de una camioneta Trail Blazer color arena o dorada.

Los familiares de Alejandro acudieron a la Subprocuraduría de Justicia en la zona norte y explicaron lo ocurrido.

“Ahí nos dijeron que no era competencia de ellos y nos dijeron que fuéramos a la PGR, (Procuraduría General de la República), fuimos ahí pero nos dijeron que estaba cerrado y que regresáramos a las 9 de la mañana”, afirmó molesto el familiar.

Alejandro Pariente Núñez, subprocurador de Justicia, refutó tal versión y afirmó que la denuncia por la supuesta privación ilegal de la libertad quedó asentada bajo el número 1467/09 el día martes a las 13:59 horas.

“El señor Irigoyen entró aquí y él manifestó que habían entrado a su casa un comando armado militar, por lo que la Unidad Especializada en Personas Desaparecidas, le instruye para que pueda complementar la investigación por desaparición en la PGR, toda vez que manifiesta que eran elementos del Ejército Mexicano”, explicó el funcionario público.

Señaló que por tratarse de una denuncia que involucra a la Secretaría de la Defensa Nacional, la investigación es competencia del Ministerio Público.Las quejas interpuestas no movilizaron a las corporaciones para la búsqueda del universitario, hasta que se hizo pública la desaparición.

La protesta — Eran las siete de la mañana. Los padres de Jaime Alejandro Irigoyen Flores, así como amigos y familiares se presentaron frente a la Guarnición Militar, ubicada en la calle Barranco Azul, para denunciar de forma pública y por segunda ocasión que el Ejército Mexicano “levantó” al joven.

Con pancartas en las que se leía “UACJ. Sólo es un estudiante y beisbolista”, “Jaime sólo es un estudiante. No un delincuente”, “Su familia lo está esperando” y “Queremos justicia”, entre otras consignas, los manifestantes acusaron abiertamente al Ejército de ser los responsables de la privación de la libertad del estudiante y dijeron sentirse impotentes ante la actuación de esta autoridad.

“Eran soldados vestidos de verde, con el rostro cubierto con pasamontañas... sabemos que lo tienen aquí, a pesar de que no tenían razón para llevárselo pues en la casa no encontraron drogas, ni armas”, señaló la madre de Jaime.

El hallazgo— En otro punto de la ciudad, varias personas que cruzaban el Camino a Escudero observaron el cadáver de un hombre y llamaron a la Policía Municipal.

El reporte fue recibido a las 07:56 horas de ayer, según reportó la Subprocuraduría de Justicia en la zona norte.

Poco después de las ocho de la mañana llegaron dos familiares de Jaime Alejandro y por la brutalidad empleada para victimarlo no lo reconocieron de manera inmediata. “Aún no sabemos a ciencia cierta si es él, creemos que no”, dijo otro tío de la víctima.

El rostro del tío de Jaime estaba desencajado, había dormido muy poco y el estado de salud de su hermana era otra de sus preocupaciones.

“Ella está destrozada, todos, es una incertidumbre horrible. Nunca habíamos estado en una situación similar y es muy desesperante”, declaró mientras los peritos levantaban el cuerpo.

El cadáver fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense donde una hora después era oficial, Jaime estaba muerto.

Ayer, sentado en una banca del parque que se encuentra frente a la vivienda de la familia Irigoyen Flores, el hermano menor de Alejandro lloraba la pérdida de quien fue su ejemplo a seguir.

Su mirada estaba perdida, sus ojos se llenaban de lágrimas que no enjugaba. “Lo mataron”, dijo quedo. El dolor de la familia es enorme.

Fuente: