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Denuncia golpiza por parte de militares




07 Diciembre 2008

Staff
El Diario

Un hombre denunció que elementos del Ejército Mexicano lo azotaron con un cinto y un palo en la espalda, le quitaron 300 pesos, lo torturaron psicológicamente con amenazas de ejecutarlo y finalmente lo abandonaron semidesnudo a la media noche en Anapra.

Agregó que lo anterior sucedió el pasado viernes, después de que salió de trabajar como aprendiz de mecánico, en un taller de la colonia Azteca.

El denunciante, de 22 años, quien acudió a El Diario a hacer públicos estos hechos, dijo que teme por su vida, ya que los soldados le dijeron que si los denunciaba, lo buscarían y lo matarían.

Agregó que realiza la denuncia de manera anónima por la amenaza de muerte lanzada en su contra.

Dijo que sin embargo, prefiere dar a conocer estos hechos, para que la ciudadanía se dé cuenta de los abusos, violaciones a los derechos humanos, torturas y robos que los militares están haciendo en esta ciudad desde que llegaron con el pretexto de combatir el narcotráfico.

Indicó que los militares le dijeron que ellos hacen lo que quieren y matan a quien quieren sin que nadie pueda decirles nada, porque en realidad son ellos quienes mandan en este país.

Explicó que los soldados lo detuvieron el pasado viernes alrededor de las 4:00 de la tarde, después de que salió de trabajar de un taller mecánico, en la avenida De los Aztecas, donde es aprendiz.

Dijo que no quería decir la localización exacta donde lo detuvieron, porque tiene miedo de que los militares lo ubiquen.

Agregó que los soldados iban encapuchados en una camioneta pick up blanca sin matrículas ni insignias y en un vehículo militar color verde.

Contó que le pusieron una capucha y lo trasladaron a unas instalaciones militares que dedujo eran las que se localizan en la colonia Altavista, porque escuchaba silbatazos de arbitro en algún partido de futbol y porque escuchó a alguno mencionar el nombre de ese lugar.

Dijo que ahí le quitaron el dinero que le acaban de pagar, alrededor de 300 pesos, y lo azotaron con su cinto y un palo “para que se le quitara lo esquinero”, según le dijeron.Agregó que ahí lo dejaron a la intemperie hasta como a las 11:00 de la noche, ya que posteriormente lo subieron a la misma camioneta y lo llevaron a un cerro, lo echaron a un hoyo y le echaron algunas paladas de tierra porque lo iban a enterrar vivo, según dijeron.

Explicó que después le dijeron que mejor sí lo iban a matar antes de enterrarlo para asegurarse de que muriera, y le preguntaron que si quería que le dispararan con un cuerno o con una pistola.

Comentó que uno de los soldados se le acercó mucho cuando le habló y percibió que traía aliento alcohólico.

Agregó que en ese momento pensó que esos eran sus últimos momentos de vida, ya que en ese lugar sólo había monte.

Dijo que repentinamente los militares subieron a los vehículos y ahí lo dejaron, sólo con el pantalón que llevaba puesto y lleno de sangre de la cara y la espalda.

Añadió que caminó alrededor de 20 minutos, descalzo, hasta que llegó al Camino Real, por Anapra y un chofer de una rutera lo ayudó.


Fuente: El Diario.