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El sábado pasado estuve en Ciudad Juárez, como el diario a tu digno cargo reportó, para apoyar la creación del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) en aquella región. El clima de violencia e inseguridad en la ciudad es terrible como lo refleja el hecho de que ese mismo sábado hubo 14 asesinatos, según La Jornada . Pero lo que hay que agregar es el papel que en ese sentido juega la presencia del Ejército desplegado en las calles de aquella ciudad, incluso con retenes en céntricos lugares. Más grave es que el mismo día en que llego a Ciudad Juárez se publica la declaración del gobernador de Chihuahua insistiendo en que ese clima lo que hay que hacer es limitar libertades, como la de expresión o manifestación. Con gran valor los compañeros del recién fundado FNCR hicieron la manifestación por el centro de la ciudad, incluso frente a las oficinas del Ejército, reclamando su regreso a los cuarteles y no a la inconstitucional labor de policías. Pero lo más grave es que aún no llegaba la marcha al mitin cuando recibimos la noticia de que soldados habían entrado a varias casas de Guadalupe Distrito Bravo, un municipio vecino a Ciudad Juárez. Hace unos meses el Ejército se llevó a 13 personas de ese mismo lugar y los arraigó durante 30 días en la ciudad de México. En esa ocasión una comisión de compañeros de Ciudad Juárez, de los que después conformarían el FNCR allá, vinieron a mi oficina en el Senado para denunciar el hecho y pedir apoyo para visitar a los arraigados. El sábado me doy cuenta que entre las personas que el Ejército se ha llevado ahora, de ese mismo lugar, se encuentra un hijo de la compañera Josefina Reyes, quien era parte de la comisión que en junio vino a denunciar la detención de sus 13 vecinos. Ahora se han llevado a su hijo. En el mitin ella denuncia que las autoridades niegan haberlos detenido y no se sabe a dónde los llevaron. ¿Otra vez desaparecidos? Josefina anuncia que si no lo presentan, el lunes iniciaría una huelga de hambre. El lunes, poco antes del inicio de la huelga de hambre, finalmente los detenidos son presentados golpeados en la PGR: Rogelio Rocha, Miguel Ángel Pérez, Enrique Sariñana y Miguel Ángel Reyes. Pero las cosas no acaban ahí. El lunes el Ejército empieza a vigilar la casa del compañero Gero Fong, uno de los organizadores de la marcha del sábado y del FNCR en Ciudad Juárez. No solamente están estacionados frente a su casa, sino que han interrogado al dueño de la vivieda sugiriéndole que la alquiló un grupo subversivo o que es una “casa de seguridad”. Obviamente la acusación es falsa pues Gero vive ahí con su madre y hermano, pero ciertamente en la preparación de la marcha y mitin del sábado, compañeros del FNCR de la ciudad de México y ejidatarios de Ahuizopa, que también fueron a explicar su lucha, descansaron en su casa, solidariamente recibieron alimentos de la familia de Gero y de ahí salieron a la marcha. Nada ilegal, pero ciertamente las medidas intimidatorias buscan crear el clima de criminalización de la lucha, la resistencia y la solidaridad. No lograrán quebrar nuestra voluntad y compromiso. Resposanbilizamos a las autoridades municipales, estatales y a los jefes del Ejército de cualquier agresión que puedan sufrir nuestros compañeros de Ciudad Juárez, Chihuahua. Rosario Ibarra, senadora de la República | ||
TOMADO DEL CORREO ILUSTRADO DE
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Carta de Rosario Ibarra a La Jornada por represión en Ciudad Juárez
